miércoles, 9 de mayo de 2012

LA ELECCIÓN DEL VINO PERFECTO

El vino es un elemento muy importante en nuestra mesa ya que al igual que cualquier condimento  que añadamos a nuestros guisos, también ayudará a potenciar y enriquecer dichos platos.

Existen muchos lugares a los que podemos acudir para adquirir un buen vino que acompañe nuestras comidas: una enoteca o tienda gourmet, tiendas de vino online o incluso pequeños supermercados o grandes superficies. En el caso de no tener muy claro qué vino escoger o no tener un conocimiento lo suficientemente amplio sobre qué vino encaja mejor dependiendo de la ocasión o incluso el desconocimiento de los gustos de las personas con las que vamos a compartir dicho vino, lo mejor es dejarse asesorar por las personas que diariamente trabajan con este producto tan preciado y que seguro que están encantadas de asesorarnos. No hay reglas fijas sobre qué vino es mejor para una u otra comida o si la comida se trata de un simple aperitivo o una comida más pesada, el mejor consejo a seguir es acompañar comidas ligeras con vinos suaves y comidas más fuertes con vinos más intensos, consiguiendo un equilibrio entre bebida y comida para que el sabor de uno no tape  el del otro: vinos blancos, rosados y tintos jóvenes combinan muy bien con aperitivos suaves, arroces y carnes blancas y, tintos con más cuerpo suelen ligar con platos  guisos fuertes o carnes de caza. El mejor consejo que os podemos dar es que acudáis a tiendas en las que dispongan de personal que escuchen vuestras necesidades y os puedan aconsejar.

De cualquier modo, si finalmente decidimos embarcarnos en solitario en la búsqueda del vino que más encaje con nuestros gustos, lo primero que debemos de tener en cuenta es nuestra propia experiencia anterior y acudir a lugares en los que podamos catar uno u otro vino con el objetivo de elegir el que más nos gusta, incluso cuando no seamos capaces de explicar el por qué nos gusta ese vino. El mejor juez para elegir un vino es nuestro propio paladar. Partiendo de estos términos, los parámetros que tendremos que tener en cuenta son las percepciones que hayamos tenido anteriormente al beber vino tal y como hemos comentado anteriormente, es decir, averiguar qué matices del vino son más placentereas para uno mismo: si nos gustan más las sensaciones frutales propias de los vinos jóvenes o si encajan mejor con nosotros los vinos con una sensación de sequedad propios de los tintos con mayor presencia de taninos, o si preferimos vinos ligeramente ácidos. Lo ideal sería encontrar un vino que contenga todos estos elementos de forma armoniosa. El secreto está en probar muchos vinos distintos, variedades de uva que sean desconocidas para nosotros hasta el momento, ir descubriendo la riqueza y diversidad de vinos que nos ofrecen las distintas denominaciones de origen del territorio español, incluida nuestra DO Jumilla, y así ir poco a poco tejiendo nuestro propio criterio sobre qué tipo de vino nos gusta más.


Esperamos que estos consejos os sean de gran ayuda y, para todos aquellos que no hayan tenido la oportunidad de catar nuestros vinos elaborados con uva Monastrell y formar su propia opinión sobre ellos, desde estas líneas os animamos a que lo hagáis al igual que va a tener oportunidad de volver a hacerlo José Espinosa de Murcia, el cual participó el mes pasado en el sorteo de un lote de nuestros vinos tras su paso por nuestra bodega. ¡Enhorabuena!